NUESTRAS  noticias

Si tienes la imagen en la cabeza de Monegros como un territorio árido, desértico e improductivo, ve borrándola. Los Monegros son un lugar fértil tanto en ideas como en productos agroalimentarios.

En Monegros hay un aire especial que provoca en sus habitantes una tendencia a la modernidad y a las ideas nuevas como la ecología y la recuperación de la biodiversidad. Sí, sabemos que ahora estos dos conceptos los tienes más que interiorizados, pero cuando Ecomonegros los expuso, allá por los años 90 sonaban a rabiosa modernidad. Esta firma monegrina ha logrado recuperar el Trigo 03, que en aquellos ya lejanos años solo cultivaban algunos agricultores muy mayores por puro romanticismo. Y con él hacer un panes y reposterías que nos recuerdan a los sabores de antaño.

Y es que el romanticismo impregna estas tierras tan áridas y se nota en el mimo de sus productos. Por ejemplo el que pone Fernando Mir en sus vinos del Desierto. Un homenaje a su tierra que comienza en el cultivo de sus vides y acaba en cada uno de los nombres que da a sus referencias: sed, duna, árida,la Sardiruela y Montes Negros. El Vino del desierto es, como Ecomonegros, un proyecto que nace de la defensa a ultranza de lo local: las vides monegrinas que durante años fueron perdiéndose en pos del regadío.

El respeto al territorio es marca de la casa en Huevos Gazol. Saúl y su familia tienen una granja de gallinas ecológicas en las que prima el bienestar animal y la calidad del producto. Un cambio radical que ha llevado a cabo en la finca de Los Pedregales Altos, donde en otras épocas se cultivaba maiz y cereales gracias al canal de Monegros en un estilo de agricultura industrial, y que ahora se ha reconvertido en una finca ecológica.

La estepa monegrina es también el hogar de Jalea de Luz, una empresa de apicultura con más de 25 referencias de miel que auna la producción mielera con el apoyo a la discapacidad y el respeto a la naturaleza. Fernando y José Ignacio han apostado por Monegrillo para desarrollar esta actividad laboral y allí mismo han fundado la Asociación Almeta Alba vinculada a la integración de personas con discapacidades varias así como a la realización de actividades vinculadas con la naturaleza. Su  miel «cruda» no ha tenido ningún tipo de transformación y mínimo manejo desde el colmenar hasta el bote.

Otro proyecto lleno de orgullo rural es Piritaurus, estos ganaderos  buscan encontrar la excelencia en la carne de vacuno de razas autóctonas en peligro de extinción.  Serranas de Teruel, Pardas de montaña, Pirenaicas, Tudancas, Casinas, Caldelá… una apuesta clara por la conservación de especies que no son rentables cárnicamente. Pero la rentabilidad riñe con la calidad y el sabor de estas carnes cuidadas con mimo por Piritaurus.