Aragón ocupa el número uno en producción mundial de trufa negra. Abunda en cantidad y calidad en zonas del Pirineo Oriental de Huesca, en las serranías de Gúdar Javalambre- siendo Sarrión la capital española de la trufa negra-, y junto al Moncayo, o las serranías del Maestrazgo y del Matarraña, entre otras. De vital importancia es el cultivo de trufa en zonas en las que otros recursos agrícolas son imposibles, de allí su protagonismo como generadora de desarrollo rural. Destacar para su valor añadido, las posibilidades de transformación y como ingrediente en la elaboración de otros alimentos.