¡A ver, a ver! A los aragoneses no nos vengas con que un secano está muerto. ¡Míralo bien! Aquí la vida brota hasta donde menos te lo esperas. Y si no, que se lo digan a los amigos del Vino del Desierto, auténticos alquimistas que sacan un vinazo espectacular de los secanos monegrinos.
Desde hace un tiempo, esta firma de Territorio Ceder Monegros forma parte de una iniciativa bien chula liderada por SEO/BirdLife, con el apoyo de la Fundación Biodiversidad. ¿La idea? Mejorar la rentabilidad de los cultivos de secano con prácticas ambientales que, además de cuidar el planeta, nos dejan cosechas más ricas.

 ¿Y qué hace Secanos Vivos?

Este proyecto va a tope con la biodiversidad y la adaptación al cambio climático. ¿Cómo? Pues con trucos de la vieja escuela y algo de innovación:
Revegetación de linderos y zonas no productivas con plantas autóctonas.
Casas de lujo para pájaros (sí, hablamos de cajas nido).
Mini oasis en el secano con charcas estratégicas.
Muretes de piedra que sirven de refugio para un montón de bichos buenos.
Todo esto no solo hace que el campo esté más vivo que nunca, sino que también ayuda a que los cultivos sean más resistentes al clima cada vez más loco.

 ¿Y qué pinta el Vino del Desierto en esto?

Fernando Mir, alma máter de este proyecto, ya tenía clarísimo que la biodiversidad y la sostenibilidad eran el camino. Su proyecto apuesta por variedades tradicionales de vid y un cultivo respetuoso con la naturaleza, porque, como él mismo dice:
«Aquí promovemos la economía sostenible y el emprendimiento en el mundo rural, siempre con respeto a los paisajes de secano».
Y lo mejor de todo: combinar conservación y rentabilidad no solo es posible, ¡sino que da resultados espectaculares!
Así que ya sabes: el secano está más vivo que nunca, y con cada sorbo del Vino del Desierto, brindamos por un futuro en el que la naturaleza y la agricultura van de la mano. ¡Salud!