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Si pensabas que el único tomate rosa es el Barbastro, estás equivocado. El tomate rosa de Hijar es una variedad que también encontrarás en lineales y tiendas y que fue recuperada con ayuda de los productores locales y del CITA.

El tomate rosa de Híjar, que ha ido pasando de generación en generación y que estuvo a punto de desaparecer, tiene unas particularidades diferentes a las de otros tomates rosas que pueden encontrarse en las tiendas y supermercados españoles.

Esta variedad autóctona se distingue por su sabor dulce, su color rosado en la maduración y su textura porque «es todo carne». Además, se reconoce por su piel fina y delicada y su forma irregular, observándose en la base una forma de estrella. Su peso suele oscilar entre los 800 gramos y el kilo aproximadamente.

El cultivo en invernadero así como por el clima de la zona y el riego procedente de las aguas del río Martín, que permiten asimismo que los tomates rosas de Híjar se produzcan durante casi diez meses al año, estando ya este mes de octubre en el mercado.

Tres productores

En Tomates Prisco han apostado por nuevos métodos de cultivo hidropónico, mientras que la polinización de las tomateras se realiza con medios totalmente naturales, empleando abejorros en los invernaderos. De la misma manera se sigue un programa de control biológico de plagas que permiten la sustitución de insecticidas por la introducción de insectos útiles, evitando así el uso de plaguicidas.

EbroVerde en Albalate del Arzobispo también cultivan bajo invernadero esta variedad. José Carlos Garín se dedica a su cultivo desde 1992 con una hectárea de invernadero que cobija a 20.000 tomateras de las variedades rosa y raf.

Tomates Las Valles en Híjar también realiza cultivo hidropónico para conseguir unos magníficos tomates Rosas de Híjar de la máxima calidad.